Durante 2013, la piratería en el mar registró sus niveles más bajos desde los últimos seis años. Se tiene constancia de un total de 264 ataques de barcos en todo el mundo, una cifra que supone una caída del 40% desde que la piratería somalí alcanzara su punto máximo en 2011.
Los incidentes frente a Somalia se cifran en 15 en 2013, frente a los 75 registrados en 2012 y los 237 de 2011.
Estos incidentes atribuidos a piratas somalíes incluyen dos buques secuestrados, que fueron puestos en libertad casi de manera inmediata como consecuencia de acciones navales; así como otros ocho barcos tiroteados.
Son las cifras más bajas desde 2006, año en el que se registraron 10 ataques somalíes.
Estas son las principales conclusiones que se desprenden del informe de balance 2013 realizado por la International Maritime Bureau (IMB), en el que también se pone de manifiesto que del total de ataques contabilizados en el mundo durante el pasado año (264), sólo 12 barcos fueron secuestrados, 202 fueron abordados y otros 22 recibieron disparos. También se informó de 28 intentos de ataques.
Asimismo, más de 300 personas fueron tomadas como rehenes en el mar el año pasado y 21 resultaron heridas, casi todas por armas de fuego o arma blanca.
Para el director de la IMB, Pottengal Mukundan, la principal razón de la caída de la piratería a nivel mundial hay que buscarla “en la disminución de la piratería somalí frente a las costas del Cuerno de África”. Los piratas somalíes, añade Mukundan “han sido disuadidos por una combinación de factores: las operaciones internacionales, la presencia de seguridad privada y la influencia estabilizadora del propio gobierno de este país”.
No obstante, «es imprescindible continuar con los esfuerzos internacionales de manera coordinada” para no volver a cifras de años anteriores, advierte.
En otras zonas, sin embargo, se reflejan aumentos en la actividad de los piratas. Es el caso del Golfo de Guinea, donde se registraron 48 ataques. De ellos, 31 en Nigeria frente a los 27 del año anterior. Los piratas de este país, además, son particularmente violentos.
Ya fuera de Africa, es en las aguas de Indonesia donde se registró el 40% de los ataques (106 en total), lo que supone un importante aumento si tenemos en cuenta los 81 casos de 2012.
A pesar del número, hay que tener muy en cuenta el matiz de que en la mayor parte de los casos se trata de robos menores y hurtos oportunistas, hechos que no pueden compararse con los incidentes que se producen en las costas de África.